Coincidiendo justamente con el final astronómico del otoño de este 2023 en el hemisferio norte, que está teniendo lugar este mismo viernes 22 de diciembre con la celebración del solsticio de invierno, desde la casa francesa Dior nos abren una ventana en el tiempo, permitiéndonos echar un vistazo a lo que no terminará de llegar hasta el próximo año, con la entrada en sus “boutiques” de las prendas de su nueva y última colección de mujer de su línea de prêt-à-porter, para la temporada de Otoño de 2024.
Una propuesta que es habitual que la firma de moda termine por desvelar llegados a esta recta final del año, para ya más adelante, y entrados en un nuevo ejercicio, terminar de poner en valor mediante la organización de un especialmente espectacular desfile, como en los que en estos últimos años se han llegado a organizar en Corea del Sur o en la India. Localizaciones que atienden en cada momento a la misma razón de ser de cada nueva colección, para lo que en esta ocasión se ha puesto el foco en los Estados Unidos, y de manera más concreta en el sentido y en la defensa de “la libertad”, como concepto, valor y principio, que se profesa desde la incombustible ciudad de Nueva York.
Sin que por el momento haya terminado de ser este extremo, el de la celebración de un posible desfile en Nueva York, ni mucho menos de haber sido confirmado por la dirección de la casa de modas francesa, pero en lo que ya se nos antoja que será más que una posible posibilidad atendiendo a cómo ha venido siendo la manera de operar de Dior a lo largo de estas últimas temporadas, lo que sí son ya una certeza, son las prendas que terminan de componer esta última colección desvelada ahora por la firma, para la próxima temporada de Otoño de 2024.
Una propuesta que ha sido nuevamente diseñada por la directora creativa de la casa, la diseñadora romana Maria Grazia Chiuri, directora creativa de las colecciones femeninas de Dior desde julio de 2016, nuevamente enfocándose para ese desempeño en tratar de subrayar a través de la propuesta los vínculos especialmente singulares que en su día, y en vida, el fundador de la casa, el modista Christian Dior, ya termino de entretejer entre su imaginario y distintas influencias venidas de los más variopintos y lejanos rincones del mundo.
Influencias que terminaron por dejar su propia impronta en el propio imaginario creativo del modista francés, combinándose y fundiéndose con la suma de elementos más propios, cercanos, simbólicos e íntimos sobre los que siempre se asentó toda su inventiva, e influencias sobre las que ahora Chiuri redirige el foco a los vínculos de hermandad que siempre han mantenido los Estados Unidos y Francia, y en cómo fue justamente el país galo quien terminó dotando al país norteamericano de unos de los símbolos más icónicos de su férrea defensa por la libertad, haciéndoles entrega de la Estatua de la Libertad. Monumento diseñado por el escultor francés Frédéric Auguste Bartholdi, con estructura interna diseñada por el mismísimo Alexandre Gustave Eiffel, entregado como regalo del pueblo francés al pueblo estadounidense en 1886, para conmemorar el centenario de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos.
Por Maria Soler